Los riesgos una mala hidratación en la tercera edad: cómo evitar problemas

La mayoría de las personas ya saben a estas alturas que, el 70% del cuerpo humano está compuesto de agua. Con la actividad física, y los procesos fisiológicos del cuerpo ese agua se pierde, y por eso debemos renovarla mediante la ingesta diaria.

Sin embargo, de lo que no somos tan conscientes es de que, en la 3ª Edad las personas tienen mayor riesgo de deshidratación, porque disminuye su capacidad de sentir sed, así como la asimilación del agua se ve afectada por el deterioro de los riñones. También se ve alterada la percepción de la temperatura corporal, lo que puede provocar que se pierda más agua sin llegar a notarlo. Todo esto sumado al aumento de la toma de medicamentos, de los que algunos presentan efectos secundarios relacionados con la deshidratación, hacen que las personas mayores sean mucho más propensas a sufrir los efectos de la deshidratación.

SÍNTOMAS DE LA DESHIDRATACIÓN:

Si sentimos varios de estos síntomas, es posible que estemos ante una deshidratación:

  • Sequedad en la boca
  • Orina oscura y olorosa
  • Dolor de cabeza
  • Dificultad de concentración
  • Ardor de estómago

Los síntomas son avisos que nuestro cuerpo nos da, para que nos demos cuenta de un problema, que se acentúa, y que de sostenerse en el tiempo, puede derivar en la 3ª Edad en pérdidas parciales de las facultades cognitivas, enfermedades bucales, así como el aumento de la frecuencia cardíaca, y de la posibilidad de contraer una enfermedad renal.

¿CÓMO PREVENIR?

Como siempre, desde Lasa Atención Sociosanitaria, creemos que lo mejor para prevenir cualquier tipo de problema relacionado con la salud, es desarrollar hábitos que nos protejan. En el caso de la deshidratación es importante informar al adulto mayor de las consecuencias de no estar bien hidratado, y de cómo pueden afectar a su estilo de vida. Por supuesto es imprescindible ayudarle a que se acostumbre a tomar siempre agua en momentos concretos del día, desarrollando rutinas (al levantarse, a media mañana, durante la comida, merienda y cena, y antes de dormir). Además, hay alimentos con un alto contenido en agua que incluidos en la dieta servirán de refuerzo, como son, en general, la mayoría de las frutas y verduras, o pescados como la merluza.

A algunas personas les cuesta un poco con el agua, así que otra forma de incentivar la ingesta de líquidos puede ser a través de zumos naturales e infusiones, de bajo impacto calórico y sin azúcares añadidos.

Por descontado queda decir que es importante evitar hábitos tóxicos que sólo perjudican a la hidratación, como son el alcohol, el tabaco, o la elevada ingesta de azúcar.

En conclusión, podemos afirmar que, si bien es necesario prestar atención a nuestros niveles de hidratación a lo largo de nuestra vida, esto cobra especial importancia en la 3ª Edad por los factores de riesgo expuestos. Con supervisión, supresión de hábitos insanos, y un poco de voluntad, podemos conseguir evitar los problemas de salud ocasionados por la deshidratación. Ten siempre presente que la salud no es un juego ni algo que debas dejar al azar, y que a veces, las personas mayores necesitan ayuda para darse cuenta de estas cosas.

Si necesitas orientación sobre la nutrición en la 3ª Edad, puedes contactar con nosotros. Laura, la directora del centro y autora del artículo es licenciada en nutrición humana. La nutrición es uno de los pilares fundamentales a tener en cuenta a lo largo de nuestra vida, y cobra especial protagonismo a actuar sobre los efectos físicos y cognitivos del envejecimiento.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s