
En un día cada vez más señalado, como lo es el 8 de marzo, no podemos si no hacernos eco desde las instituciones que proveemos servicios sociales de lo importante que es para todas nosotras, las mujeres que nos dedicamos de manera profesional a la atención a la dependencia, reivindicar la feminización de los cuidados.
El 8 de marzo, día internacional de la mujer, es un gran escaparate para la visibilización de la lucha por la igualdad que las mujeres llevamos décadas persiguiendo, y que aun a día de hoy, si bien existen mejoras parciales, no vemos consumada en una igualdad efectiva, por mucho que lo refleje la ley.
Nuestro sector es una clara prueba de ello, siendo uno de los más feminizados y a su vez más precarios y desatendidos, por la falta de apoyo y voluntad de cambio desde las instituciones públicas. Sin embargo, no es sólo en lo profesional donde las mujeres sufrimos en nuestras carnes las consecuencias de una sociedad que nos otorga un rol secundario, y es que, ahora que nosotras también salimos a trabajar, tenemos que seguir haciendo frente a los problemas ocasionados de cuidar a una persona dependiente. Somos nosotras quienes nos vemos obligadas a reducir nuestra jornada, o incluso a dejar de trabajar, o trabajar y luego alternar con los cuidados de nuestros padres o abuelos, cayendo en el síndrome del cuidador quemado. Seguimos teniendo ese peso, esa «responsabilidad social» de ser las que se tienen que preocupar siempre de estas cosas. Al final, cuidar sigue siendo cosa de mujeres. Mujeres que nos dejamos la vida, mientras por otro lado equiparamos nuestras responsabilidades profesionales al nivel de los hombres, o nos marginamos y condenamos a la falta de independencia social y económica, para hacer frente a las voluntades de una sociedad que, en algunos aspectos, parece avanzar muy despacio. Yo me pregunto: ¿nos hemos emancipado de verdad? A veces pienso que sólo hemos dado un paso adelante, pero sin soltar todos los lastres que siempre nos han dejado atrás.

Este 8 de marzo saldremos a la calle por nosotras, por un sector más digno, por unas instituciones públicas que nos den más recursos, para no quedar relegadas al rol de cuidadoras, porque nosotras también merecemos una vida independiente, y nuestros familiares merecen una atención profesional. Un día para luchar por la visibilización de todas las mujeres que dedican sus vidas al cuidado de sus familiares dependientes, porque como sociedad no somos capaces de ofrecer ninguna alternativa. Por todas las heroínas, provistas de guantes, toallitas, crema hidratante y una voluntad de hierro.
Laura Baldovín Rodríguez – Cofundadora de «Lasa Atención Sociosanitaria», y directora del Centro de día «Virgen del Pilar» –